La carga inmediata en implantología se define como la colocación de la prótesis en el mismo momento del implante o bien dentro de las 72 horas posterior a la colocación de los implantes.

Los implantes dentales son unas fijaciones de titanio que se colocan en el hueso maxilar o mandibular, con el fin de sustituir las raíces de las piezas dentales perdidas, lo cual permite reemplazar la pieza natural por una pieza artificial.

Por tanto, el implante dental es una base artificial que reemplaza la raíz del diente natural. El implante se introduce quirúrgicamente en la mandíbula o en el maxilar.

Al cabo de unas 8 o 24 semanas el proceso de cicatrización (osteointegración) ha finalizado y se procede a la colocación de la corona o prótesis sobre el implante ya fijado.

Debido a la evolución de la superficie de los implantes y la demanda creciente de los pacientes por obtener las prótesis lo antes posible, se han llevado a acortar los tiempos interiormente
expuestos de osteointegración.

De esta forma, y basándoos en los estudios realizados por el Dr. L. Linkow (década de los 70) y posteriormente en Branemark (con su sistema Novum); surge lo que a día de hoy se conoce como carga inmediata.

Actualmente, el sistema de carga inmediata, se basa en la colocación de cuatro implantes en el maxilar superior o inferior mediate una técnica quirúrgica determinada y basándonos en unos principios estudios que nos permiten reponer y fijar la prótesis a esos implantes en menos de 24 horas y así conseguir restablecer la estética en los pacientes en el menor tiempo posible.

Una vez pasado el tiempo de osteointegración, se sustituye la primera prótesis (prótesis provisional) por la prótesis definitiva, consiguiendo no sólo una estética adecuada, si no, una funcionalidad completa. Por supuesto, no estando el paciente en ningún momento sin dientes.